Aceptarse es un gran regalo

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Un rey fue hasta su jardín y descubrió que sus árboles, arbustos y flores estaban muriendo.
Se dirigió al roble y le pregunto: ¿Que te pasa, porque estas muriendo? Y este le contesto: muero porque no puedo ser tan alto como el pino. Inmediatamente el rey voltio su mirada al pino, acercándose le pregunto ¿y tu porque estas muriendo? Con voz muy suave, casi imperceptible le contesta: Muero porque no puedo darte uvas como la Vid. De un salto el rey se postro en el suelo donde yacía casi muerta la vid y le pregunto lo mismo, esta le contesta: muero porque no puedo ser bella como la rosa. El rey en medio de su asombro y confusión se traslado hacia donde agonizaba la rosa. ¿Y tu amada rosa, porque mueres?, mi señor, le contesta, es que no puedo ser tan alta y solida como el roble.
El rey sentía una inmensa pena, al ver que sus amadas plantas morían sin el poder hacer nada, de repente un rayo de luz ilumino una bellísima orquídea, que surgía en medio de tanto dolor, bella y olorosa. Sin pensarlo dos veces el rey se postro ante ella y realizando una pregunta diferente a las hechas hasta ahora, escucho con asombro la respuesta: mi amadísimo rey, no sé porque no muero. Quizá sea por el hecho de que siempre supe que cuando me plantaste, querías que fuera una ORQUIDEA. Si hubieras querido otro tipo de planta lo hubieras hecho, pero tú me elegiste y yo tengo el compromiso de ser Orquídea de la mejor manera que pueda.
He leído este cuento varias veces, cada vez me convenzo más de que tan equivocados estamos al querer ser quien no somos, sea para complacer a otros, (padres, hijos, hermanos, pareja, jefe, amigos, etc.). No hay manera de satisfacer a otros si no te satisfaces a ti mismo. Crea de ti la imagen en concordancia con quien eres internamente, no intentes ser alguien más, aun cuando sea la mejor persona de este mundo o la que más admires. Es tu elección, nadie puede hacerlo por ti. Se tu mejor versión